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viernes, 4 de marzo de 2011

Irán aparece como el gran ganador.

Nota: El sueño de Irán es borrar Israel del mapa y por lo visto eso no tardará mucho. 


Por Michael Slackman. THE NEW YORK TIMES. Las revueltas populares que sacuden al mundo árabe empezaron a producir un cambio en el equilibrio de poder en la región, reforzando la posición de Irán mientras su rival, Arabia Saudita, muestra su debilitamiento y desconcierto, según expertos de la región. Aunque es demasiado pronto para escribir el último capítulo sobre el impacto del levantamiento, Irán ya se ha beneficiado con la destitución o el debilitamiento de los líderes árabes que eran sus poderosos adversarios y empezó a proyectar su influencia creciente, dijeron los analistas.

Irán envió dos barcos de guerra por el Canal de Suez, por primera vez desde su revolución en 1979 y los nuevos líderes militares de Egipto los dejaron pasar, pese a las protestas israelíes.
Arabia Saudita, aliada de los Estados Unidos y una nación sunnita que compite con los shiítas de Irán por la influencia regional, ha sido sacudida. El miércoles pasado el Rey Abdullah señaló su preocupación anunciando una suba de 10 mil millones de dólares en el gasto de asistencia social para ayudar a que los jóvenes puedan casarse, compren viviendas y abran empresas, en un intento por controlar el tipo de descontento que animó las protestas en toda la región.
Abdullah se reunió entonces con el rey de Bahrein, Hamad bin Isa al-Khalifa, para discutir las formas de contener el levantamiento político de la mayoría shiíta del lugar. Los líderes sunnitas de Arabia Saudita y Bahrein acusan a su población shiíta de ser leal a Irán, cargo que los shiítas rechazan porque dicen que intenta avivar las tensiones sectarias y justificar la oposición a la democracia.
Los levantamientos están impulsados por problemas domésticos. Pero ya han destruido el paradigma regional según el cual un trío de estados alineados con Occidente apoyaba la participación de Israel y contenía a los enemigos de éste, entre ellos Hamas y Hezbollah, dijeron los expertos.
El grupo pro-participación de Egipto, Jordania y Arabia Saudita se ha venido abajo. Hosni Mubarak de Egipto fue forzado a renunciar, el Rey Abdullah de Jordania lucha por controlar el descontento en su reino y Arabia Saudita se ha quedado sola para hacer frente el creciente desafío al papel que desempeña en la región.
“Creo que los sauditas están preocupados porque están rodeados: Irak, Siria, Líbano; Yemen es inestable; Bahrein es muy vacilante”, dijo Alireza Nader, un experto en asuntos internacionales de la RAND Corp. “Les preocupa que la región esté a punto para que Irán explote la situación. Irán ha demostrado su gran capacidad para aprovechar la inestabilidad regional”, agregó.
“Irán es el gran ganador en este momento”, dijo un consejero regional del gobierno de EE.UU. que pidió anonimato. Y pese a sus problemas económicos y una oposición política definida, ha sabido moverse con astucia en una región convulsionada.

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