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miércoles, 1 de junio de 2011

2012 VERDAD, LEYENDA O HISTORIA?

Lawrence E. Joseph sabe exactamente lo que hará el 21 de diciembre de 2012
Por la mañana, recogerá a sus dos hijos y viajará con ellos a un lugar tranquilo. Allí esperará hasta que pasen once minutos de las once de la noche, estrechará la mano a sus retoños y contemplará en silencio la llegada del Apocalipsis. «Lo tengo todo pensado», asegura con gesto lúgubre mientras sorbe una copa de agua. «Si sufrimos una extinción como la de los dinosaurios, no me libraré. Pero si es sólo una extinción parcial de la especie, creo que sí». 



Joseph no es el único que predice algo semejante. Millones de personas de los cinco continentes están convencidas de que nuestra civilización se extinguirá dentro de un lustro. O, como poco, que deberemos despedirnos para siempre de nuestro actual modo de vida. Esa noche, el sistema solar se interpondrá entre la Tierra y el punto central de la Vía Láctea por primera vez en 26.000 años. Y, sobre todo, en ese preciso instante expirará el calendario confeccionado hace dos milenios por los astrónomos mayas, que profetizaron todo tipo de calamidades para esa malhadada fecha. 



Bola de fuego 


Pocas cosas entusiasman tanto a los seres humanos como un buen Armagedón. Parecemos obsesionados con redimir nuestros pecados en una bola de fuego. De ahí que, a cinco años del nuevo fin del mundo, se haya montado una fructífera industria alrededor de esta fecha. De los diez primeros resultados de Google, nueve contienen predicciones calamitosas para el ser humano y consejos para protegerse de la furia divina. El otro está dedicado a los Juegos Olímpicos de Londres. 


Mientras, Hollywood ya prepara dos superproducciones sobre el tema y las tiendas estadounidenses rebosan de libros que analizan el fenómeno. Uno de los más exitosos, «Apocalipsis 2012» (Ed. Hojas de luz), firmado por el propio Joseph, ha llegado esta semana a nuestro país. 


Este antiguo colaborador del «New York Times» comprobó la verosimilitud de estas teorías repasando fuentes ancestrales y los últimos estudios científicos. «Hay una posibilidad entre tres de que dentro de cinco años suframos una transformación catastrófica de nuestras sociedades», augura. «Eso no significa que vayamos a morir todos, pero sí que tendremos que despedirnos del mundo tal y como lo conocemos». 



Resulta curioso el éxito en nuestras sociedades de estas profecías de credibilidad discutible. Es como si la supuesta inminencia de una catástrofe aliviara a una ciudadanía crispada por un mundo de una complejidad inabarcable. «Tenemos la necesidad de sentir que todo tiene sentido», explica Paul Boyer, historiador de la Universidad de Wisconsin y especialista en profecías. «Muchos prefieren un final catastrófico a creer que el mundo es una creación puramente accidental. Además, las teorías apocalípticas te permiten acceder al selecto círculo de los que saben lo que ocurre y, por tanto, tienen más posibilidades de salvarse». 



En el caso de 2012, el club está formado por una inopinada coalición de fundamentalistas cristianos, expertos de la civilización maya, hippies recelosos de los avances tecnológico y científicos que denuncian el desgaste de nuestro planeta. Aunque formen parte de su círculo de seguidores, Joseph hace todo lo posible para disociarse de los elementos más estrafalarios de este movimiento. «No he tenido ninguna revelación divina ni he contactado con los alienígenas», insiste. «Pero tampoco soy uno de esos escépticos que niegan cualquier noción que no está respaldada por completo en pruebas tangibles». 



Llegó la hora de la extinción 


En su libro, Joseph repasa distintos escenarios que podrían llevar a la humanidad a la extinción. Por ejemplo, recuerda que el majestuoso volcán de Yellowstone protagoniza catastróficos estallidos en ciclos de 600.000 años, pero lleva casi 640.000 sin entrar en erupción. O que, tras analizar el registro de fósiles, la Universidad de Berkeley concluyó que cada 65 millones de años se produce una catástrofe que liquida la inmensa mayoría de las especies terrestres, el mismo periodo de tiempo desde que desaparecieron los dinosaurios. 


Pocos dudan de que, tarde o temprano, nuestra especie se enfrentará a un acontecimiento de esta naturaleza. Pero, si Joseph maneja abanicos temporales tan amplios, ¿de dónde viene su obsesión con 2012 como fecha de la catástrofe? 



Aquí entra en juego la principal tesis del libro: que el final de la humanidad probablemente se deberá al incremento de la actividad en el Sol. «Si sólo una profecía maya predijera el fin del mundo, este tema no me habría preocupado», asegura. «Lo que me convenció de que la situación es alarmante fue su coincidencia con fenómenos muy alarmantes en la superficie solar». 

“El 21 DE DICIEMBRE DE 2012 culminará el quinto ciclo

Nuestra estrella más cercana no estaba tan revuelta desde hacía 14.000 años, fecha de la última Edad de Hielo. Y Joseph asegura que cuando el astro rey estornuda, la Tierra agarra una pulmonía: hace un par de años, una semana de intensas tormentas solares coincidió con el huracán Katrina. Y eso que el Sol atravesaba entonces un valle en su actividad: el pico se producirá dentro de unos años, exactamente en 2012. Suficiente para que el autor prediga todo tipo de catástrofes: su principal preocupación es que una tormenta solar achicharre la red de satélites que permite el funcionamiento de las sociedades modernas. 


Desde luego, no faltan los astrofísicos que tachan de alarmistas estas predicciones. O los expertos en culturas mesoamericanas que recalcan que los mayas no profetizaron el fin del mundo para dentro de un lustro, sino un mero «cambio de ciclo». Pero Joseph sigue a lo suyo, escudado en la tesis de que más vale prevenir que curar. «Sólo pido que se mejoren los servicios de emergencia, que se publiquen los datos confidenciales sobre la actividad solar y que la gente se prepare para lo peor, tanto material como espiritualmente», recalca. 

Europa Press





La Nasa no tiene contemplado para el 2012 un cometa o bien el planeta llamado Hercolobus como la gente cree, el meteorito Apophis que sería el mas peligroso vendrá en el año 2029 y en el 2036 con alto nivel de impactarnos.

No será el fin del mundo, ni el fin de la humanidad, pero un aproximado del 90% de la humanidad morirá. Ahora bien las profecías mayas, nos dicen: “El 21 DE DICIEMBRE DE 2012 culminará el quinto ciclo solar y el Sol sufría varias alteraciones, dichas alteraciones gracias a diferentes astrónomos ya sabemos que serán manchas y tormentas solares, dichos efecto causaran que la temperatura de la Tierra se eleve y producirá desequilibrios climáticos y geológicos catastróficos, como el derretimiento completamente de todos los iceberg, por consecuencia el aumento del nivel del mar, provocando tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas, etc. Dichos fenómenos serán tan fuertes que, acelerarían bruscamente el calentamiento global, y podría incluso suceder una inversión en la polaridad de la tierra.

La nasa ha venido investigando las manchas y tormentas solares, estas a diferencia de sus antecesoras serán más fuerte, pues ya no tenemos una fuerte capa de ozono que nos proteja, antes la capa de ozono rechazaba el 90% de los rayos solares, pero al estar tan deteriorada, entraran la gran mayoria de estos mismos y justamente en el 2012 vendrán unas muy fuertes (esto ya se confirmo por la Nasa)

Todas las profecías mayas se han cumplido hasta ahora, profetizaron el eclipse del 11 de agosto de 1999, el eclipse más espectacular hasta el momento, en donde se alineo el sol y 6 planetas del sistema solar formando una cruz, los mayas nos dicen que apartir de este evento teniamos 13 años para tratar de revertir la devastación.

Los mayas nos hablan de un rayo que llegará del centro de la galaxia hacia el sol y sincronizará al Sol y al resto de los planetas del sistema solar, esto es posible debido a que la Nasa recientemente descubrió un planeta llamado WR-104 situado justamente en el centro de la galaxia, tal planeta esta a punto de terminar su ciclo de vida, explotando y asi formando una supernova originando rayos gama que llegaran no solo al sol, si no inclusive a nuestro planeta, .




Europa Press

En el 2012 sufriremos muchas catástrofes, tal y como nos muestra la película el día después de mañana, aunque suene a ficción es algo que nos esta pasando y sin duda se magnificara en el 2012, como los maremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, terremotos, un sin fín de huracanes, la tierra al final de los cambios tan bruscos, y al perder los iceberg por consecuencia perderá el equilibrio de la temperatura y empezará a congelarse para poder recuperar la estabilidad tanto atmosférica como climática, la cual culminará una nueva era glaciar.

La mayoría estamos viviendo nuestros últimos años en la tierra, ya lo vivieron los dinosaurios en 3 etapas distintas, a lo que llamamos periodos geológicos y en las que muchas especies de ellos se extinguieron y volvía a emerger una nueva especie de dinosaurios hasta que al final desperecieron, ya lo vivió la humanidad con el gran diluvio que azoto la tierra durante 40 días, la tierra lo volvía a experimentar con la era de hielo donde mamuts ciberianos con comida aun en la boca fuerón congelados en un instante debido a que la temperatura disminuyo a menos de 50°, donde todo el planeta estuvo en restructuración durante muchos años, todo esto ya ocurrió a través de miles de años, y obviamente volverá a ocurrir, ni nuestra tecnología, ni nuestra cerrada mentalidad que somos intocables, nos protege de lo que nosotros mismos hemos provocado, destruyendo la capa de ozono, deforestando, contaminado el planeta, agotando nuestros recursos naturales, 

Lo anterior suena a locura lo se, pero es una realidad que ya ha comenzado, basta con ver las noticias, leer los periódicos, año tras año aumenta el número de huracanes y la potencia de estos, las inundaciones, los terremotos, la temperatura y el nivel del mar ha aumentado, nos azotan los virus como la gripe porcina, escasean los alimentos y el agua potable, ya no respiramos oxigeno puro, solo pura contaminación, la basura ya no hay donde ponerla, todo esto a diario lo vemos, y si algo nos ha enseñado la ciencia es que a toda acción corresponde una reacción, esto ya no se puede parar, la única forma de revivir nuestro agonizante planeta es una nueva era glaciar. 

Verdad, historia, leyenda.......................

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